El día 15 de agosto es el día grande de Brihuega el más duro para todos aquellos que quieren vivirlo en su totalidad.
La jornada empieza bien temprano, de mano de la banda municipal, que recorre las calles del pueblo a toque de diana, despertando a los dormidos y recogiendo a los que aún no se han ido a acostar.
A las doce se celebra la "Función de la Virgen", la misa mayor en honor de la patrona del pueblo a la que nadie procura faltar, luciendo además sus mejores galas.

Por la tarde, la imagen de la Virgen es sacada en procesión por las calles, alfombradas de espliego en su honor. Durante su recorrido por la villa se producen los momentos de mayor emoción para los briocenses, entremezclándose el gozo y la plegaria, la esperanza y el recuerdo de los ausentes.
Tras la multitudinaria despedida de la Virgen en el templo de Santa María apenas queda tiempo para tomar un bocado asistir a la quema de los fuegos artificiales en la plaza del Coso. La alegría es la nota predominante y al ruido de los cohetes se añade el griterío de grandes y chicos, que bailan al son de la música interpretada por la banda municipal. Al final, los ansiados y temidos toros de fuego, carcasas de cohetes y rascapiés que hacen las delicias de todos, anticipando lo que serán las emociones del día 16. |